lunes, 11 de mayo de 2009

Enamorada



Yo no sé que siento contigo si es un pecado divino quererte Yo no sé que sientes conmigo.. solo sé que cuando te miro en mí haces lleno el vacio,cariño,solo sé que sueño contigo.. y no dejo de pensar en ti,ni en porque tardaste tanto en venir.. Que se detenga el tiempo ahora que te tengo Que se detenga el tiempo ahora que estás aquí.. Callaré tu nombre y el mío para evitar las miradas que hieren callaré, aunque no es sencillo,deseo gritar y leer que estamos unidos pues así lo ha escrito el destino,a tu oído gritaré que te necesito..Y gritar, gritar al mundo entero que te quiero apagar el dolor de callar este amor tan verdadero..y es que mi amor...Cuando las musas descansan sobre el sereno y tibio atardecer, cuando la noche cae sobre el asfalto del ocaso, y lo hace enmudecer, cuando el frío se rinde inminente en el cálido edredón de mi aliento, cuando mis párpados cansados apagan la luz exterior... Te siento. Y allí te veo, sentado en la lumbre de mi oscuridad, que enciendo, escalando desafiantes murallas sobre mi dormida ciudad latiendo, surcando intrépido el quicio de mis sueños en mi sábana templada, fusionando la pasión entre mis realidades de mujer enamorada... Vas soslayando recelos guardados que empañan mi claridad, apartando los límites y fronteras que entorpecen la libertad de penetrar absorto en el sublime fondo del amor permitido, y alimentando al duende travieso de un bello deseo escondido. Que la noche tiene el arte de permitir todas las locuras, todas las que imagino contigo y con tu piel a oscuras, tantas como puedas atrapar, robarlas y hacerte dueño, que se hacen realidad en el instante que cruzas mi sueño. Adoro la noche porque renaces en el abismo de mi espacio, adoro el amanecer porque tus besos me despiertan despacio,, adoro la madrugada por tenerte en mi cama y en cada poro... al día por pensarte y a la tarde que adivina la noche... los adoro... ¡Dios, quiero volar! Para rozar la altura de tus sueños, subyugar toda mi conciencia y regalarme, a ti, mi dueño, desenredar mis lívidos besos y susurrarle a tu suspiro, para derramarme y navegar en tu sonrisa dando un giro... ¡Dios, quiero volar! Retozando libremente en travesura, ser un alma extensa que goza de su mundo con soltura, sin noción del tiempo, como juega alegre un tierno niño, amándote íntegro y derrochando felizmente mi cariño... ¡Dios, quiero volar! ¿quién me toma el corazón?...¡Para ti!... mímalo celosamente porque en él llevas todo lo que fui, guárdalo y busca en él mis sentimientos con paciencia, todo lo que por ti soy... y lo que se fue con mi inocencia...

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