jueves, 26 de febrero de 2009

Soy de amor


Soy mujer... soy libre como el vientopara amarte, para soñarte, para deseartepuedo jugar contigo y enredarte entre mis cabellos,

Puedo aprisionarte. Puedo elevarme hasta el cielo si quisiera,porque nadie manda mis sentimientos,nadie le pone alto a mis desvaneos,Sólo a ti te dejaría porque eres mi dueñoSólo a ti puedo amarte...Sólo a Dios le doy cuenta de mis actos,Sólo a él le digo errores, porque soy libre,no hago mal con amarte, porque tu amor me fue entregado.

Siempre quiero ser libre, libre como el viento,libre para amarte, libre para tenerte , libre para soñarte.

Me gusta que me ames así, como la mujer que soy,con aroma de rosas frescas y olor a jazmín a la hora de amar, tú tienes la llave de mi hogar y de mi corazón,hoy me siento una mujer que quiere llenarse de tu miel.

Siempre te digo que no soy una gran poeta,soy solo una mujer que escribe lo que siente su corazón,y estos versos sueltos te escribopara decirte que soy una mujer en toda la palabra y que si te acercas más a mí conocerás mis secretos que no son más de lo que sabes,porque tú eres mi amor perfecto, contigo no tengo secretos,el cielo y tú, mi amor, son los que me conocen.

Soy mujer soy libre para crear... para amar y para soñar

Déjame que me duerma en tus brazos y volar entre sueñosllevarte hasta mi cielo donde sabrás como amarmey darme lo que mi cuerpo necesita...

Soy tu mujer... pero te quiero como amante...así es mi libertad para contigo.

-Te quiero amar-

domingo, 15 de febrero de 2009

Amarte


Yo quiero amarte
en el alba y en la bruma
quiero amarte Señor
cuando la flor de tu cariño
en mi camino me perfuma.
Quiero amarte en el dolor y en todo
porque de ti proceden las cosas
y porque a ti debo mi cariño
tan solo amarte en esta vida
porque tú me amaste primero.

sábado, 7 de febrero de 2009

Ese olor...


Otra vez ese olor extraño golpeaba su nariz. Para ella era, de nuevo, la primera vez... aunque ni siquiera era consciente. Aquel era su principal problema: no comprendía la magnitud de su mal. Pasaba un poco desapercibido para su consciencia ya que, al no existir un recuerdo que rescatar, todo resultaba demasiado endeble para su memoria.No retenía sensaciones. Su sentencia fue concisa y breve, aunque no justa. Aquella era una maldición ingrata. ¿Cómo añorar lo que no se recuerda? Para ella, cada tristeza era la primera. Las alegrías eran desconocidas que cruzaban su puerta sin avisar. Los olores, los sabores o los colores no evocaban sentimiento alguno a su mente. Sencillamente, no era capaz de tejer esos hilos que el resto de los mortales empleamos para atar lo etéreo a lo terrenal. Sus recuerdos eran pasajes sin vida, pedacitos grises de una historia que le resultaba ajena. No se ubicaba en su memoria porque todo le pasaba desapercibido.Vivía cada nuevo amor durante el tiempo que lograse sentirse enamorada... luego pasaba a olvidar y, si volvía a enamorarse, era para ella un comienzo completamente nuevo. Lo mismo le sucedía con las penas. Eran siempre desconocidas que se colaban en su vida para hundirla por completo. Ella nunca recordaba la sensación de haber escapado de la tristeza. No entendía aquella sensación de morir por dentro, aunque la hubiese vivido mil veces. Era tener que aprender todo desde cero.Aquel olor tan extraño no significaba nada para ella porque, en su realidad, era la primera vez que lo olía. No le venía a la memoria la imagen de su padre al regresar del trabajo, todas las tardes de su infancia. No sentía aquel escalofrío que se coló por su ventana la primera tarde en la casa a la que se mudaron siendo ya una adolescente. No recordó los brazos de su madre tirando de ella para sacarla de la cama el día del incidente. Y no ser capaz de retener sensaciones le hizo pasar por alto todos aquellos recuerdos relacionados con aquel extraño olor que, nuevamente, golpeaba su nariz. No tuvo la oportunidad de buscar el factor común a todas aquellas historias. Y mientras el gas seguía colándose en su dormitorio, ella se quedó dormida casi sin darse cuenta.
Sara